miércoles, 8 de julio de 2009

Los barriles

Todos conocemos de sobra las bondades del agua enfriada en un barril. En la España cálida, de Extremadura al Levante pasando por Andalucía y Castilla la Mancha, desde antigüo se ha usado esta magnífica y natural manera de enfriar el agua. Sin embargo no es un invento español. En la antigua Mesopotamia, hace la friolera de 3.500 años, ya existían. Son los primeros que se conocen.

El principio del funcionamiento del barril es la denominada Refrigeración Evaporativa. El agua se filtra por los poros de la arcilla y, en contacto con el ambiente seco del exterior, se evapora, produciendo un enfriamiento en el interior. Por cada gramo de agua que se pierde se consigue retirar 500 calorías del agua del barril.
El barril es un envase de barro cocido, poroso, con un vientre ancho para darle capacidad y un orificio de entrada, llamado boca, por el que se llena y otro de salida llamado pitorro o pitón (según regiones) por el que se bebe. Es costumbre dejar unas horas el barril lleno de agua con un chorrito de anís antes de usarlo por primera vez.
En la baja Andalucía los denominan búcaros, palabra que proviene del Mozárabe, siendo famosos los de Lebrija. En Aznalcollar los llaman pimporros y pipos en la Vega de Granada. Otras maneras de llamarlos son: Botijas, alcarrazas, pirulos o piporros.
En Extremadura oirás llamarlo barril, botijo o espiche. Aquí somos asina. Llamamos a un botijo, espiche; Lambucero al que come un poco de cada cosa; pingajo a un trapo viejo y cañafote al saltamontes. También jugamos al repión, que no es si no una peonza, o a los boliches, que para el resto de españoles son las canicas...¡Ah, lo olvidaba!...En mi tierra hay morgaños, que no arañas...
Las fotografías que os estoy mostrando son de mi colección de barriles. Hay uno de ellos que es el que usamos en casa para enfriar el agua, ya que nos gusta ese punto de fresquita que tiene y no el frío de las modernas y ruidosas máquinas que todos tenemos en nuestras casas; el resto está en mi cocinón rústico, de adorno.


Con esta entrada quiero poner a nuestro singular barril en su lugar, alabando su simplicidad y reconociendo su valor como ahorrador de energía y como forma de desarrollo sostenible que tan de moda está...¡¡Barriles contra el cambio climático!!...

15 comentarios:

  1. Preciosa e instructiva entrada Nina, pero....
    ¡Sí, mucho nombre diferente, mucha historia, pero no nos dices nada de las instrucciones de uso...! ¡Qué yo he visto a un "guiri" beber dal botijo con una pajita...!
    Por otra parte: ¿Sabes decir "Gracias Don Gregorio, yo me llamo Gregorito" mientras tragas agua...? ¡Ahí te querría ver yo!
    Un besote, Sra maestra de vacaciones.

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  2. Pedro.

    Saber beber de un espiche
    es un arte, por supuesto;
    lo mismo que en un porrón
    que es algo también muy nuestro.
    Beber y hablar a la vez,
    cosa que tú me propones,
    no es un arte, es imposible.
    ¡Darás muchos tragantones!...
    Un abrazo, amigo.

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  3. Pues por difícil que sea,
    yo he llegado a pronunciar
    el "Gregorio Gregorito"
    y al mismo tiempo tragar.

    ¡Que me quede más delgadito si miento...!
    Un abrazo, amiga.

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  4. Te encontré por casualidad, buscando información sobre las aldabas... contesté y acerté algunas cuestiones gracias a tus respuestas...

    Me he permitido el lujo de enlazarte... suelo hacerlo cuando me interesa lo que leo o lo que veo...

    Saludos desde Barcelona!!!

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  5. Qué entrada tannn bonita. Yo nunca los he llamado barriles, sino botijos o piporros. En Cumbres, como sabrás, se celebra el día de los jarros que en principio consistía en echarse agua con los botijos soplando a través de uno de los agujeros del mismo... ahora ya la cosa ha degenerado bastante, jejeje. Tu colección es chulísima.

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  6. borraeso.

    ¡Bienvenida a mi blog!
    Encantada de que te interese lo que cuento y me visites amenudo.
    Un saludo desde la dehesa.

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  7. Almendra.

    Me pongo supercontenta cuando gustan mis entradas. Las elaboro con todo la ilusión del mundo para enseñar cosas de mi tierra al resto del mundo bloguero. Unas veces acierto y otras menos...
    No conocía la fiesta que me cuentas de Cumbres Mayores. En la Sierra de Aracena hay cosas muy curiosas. Habrá que darse una vueltina por ahí de vez en cuando...
    Un abrazo.

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  8. Ay, paisana, como me gusta oir las palabras de mi tierra... morgaño, pitorro, lambuza (me lo decían de chica...), lo cierto es que me encantan, son tan rotundas y tan sonoras... además me acuerdo de "mihina", "escarranchá"... y muchas otras que cuando las decía al principio de casada mi marido se partía las tripas de risa.

    Aunque mis padres nacieron en Badajoz capital y yo crecí en Madrid, parte de mi familia es de Tierra de Barros y otra parte es de La Vera cacereña, de manera que aprendí muuuchas palabras que en otros sitios no tienen ni idea de lo que son. Me lo paso en grande algunas veces cuando las digo y ni se enteran, jejeje

    Un beso y feliz fin de semana.

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  9. Cuantas veces de chica, me "empirinaba" para coger el espiche y ponerme pingando de agua y cuantas veces escuché al hacerlo: que "pastueña", hay que tragar deprisa......

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  10. Adi.

    Es verdad que el castúo tiene palabras muy rotundas, pero a la vez son tiernas, o al menos a mí me inspiran ternura.
    Respecto a "lambuza" a mí también me lo decían muchas veces y creo que lo sigo siendo, al menos una "mihina". Tengo que reconocerlo. ¡Jajajaja!
    Un abrazo, paisana.

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  11. Humi.

    ¡Berrinche el que yo me llevé cuando un mostrenco s'encebicó conmigo y quiso defandangarme el traje tan despercudío que yo llevaba puesto, mientras el joío polarma arramplaba con to lo que había en la mesa, el golipo!...
    ¿Sigo?...

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  12. Esta bien y no vaciles de castúa, que te se notan las zetas percheleras

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  13. Chiripa.

    No se me pegó el acento malagueño, solo las "ll" tan especiales que en Málaga pronuncian...

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  14. qué bonitos..! ütiles, frescos, aquí los llamábamos porrón, también de barro, conservaban el agua fresquísima. Cosas que se han perdido.-
    Me encantó conocerte y fue por la poesía del pan y la patata en lo de Pedro.
    un abrazo.-

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