domingo, 11 de noviembre de 2012

UN COCIDO PASADO POR AGUA

Las amigas de toda la vida, nos hemos reunido en El Olivar a comer unos garbanzos.
Es una reunión que se ha convertido en tradición. Normalmente la hacemos en el puente de "Los Tosantos".
Como cronista oficial del grupo ha sido nombrada Mavi y ella es en realidad quien ha escrito esta entrada que hoy subo al blog después de mucho tiempo sin hacer nada en él. Creo que merece la pena retomarlo con algo tan hermoso.











Es sábado 3 de noviembre del año del Señor 2012, y nos da igual que llueva o no pues es el día del cocido en lo de Isabel. Un cocido abundante y riquísimo, en cantidad y calidad, que satisface los paladares más exigentes. Un cocido ofrecido a las amigas y allegados por las hermanas Pantojo: Isabel y Rosario, trabajadoras infatigables, cocineras excelentes, y pródigas ellas a la hora de compartir  sus posesiones y sus proezas culinarias.

Es el tercero que se hace en este campo. O al menos el tercero del que yo tenga memoria. Pero ya no quiero dejar pasar más cocidos sin dejar constancia por escrito, porque las palabras se las lleva el viento y los hechos se los lleva el olvido, o los años, o el tiempo que va pasando… como la vida y no vuelve más. Por lo tanto, a partir de ahora,  nuestros cocidos,  nuestras fiestas,  nuestras celebraciones,  van a tener crónica y lo que es más, crónica gráfica.
Empezaré por el principio, que es como mejor sale todo. Nos citamos a partir de la una de la tarde, en ‘El Olivá’. Pero como el cielo no está por dejarnos decidir, y llueve como si nunca lo hubiese hecho, unas llegamos antes, otras después… Para las dos y media, ya  estamos todos.  
¿Qué quienes estamos? Pues paso a enumerar: De la familia anfitriona, Rosario y su cuñada Ana. De la familia Rodríguez, las tres primas, Conchita, Carmen y Chon. De la familia Casals, la mayor y la pequeña; de la familia Cobos, Mamen, Galia y su prima Nina (prima de Mamen, no de Galia);  de la familia López (la más numerosa): Nena, María José (que  ya es de la familia), Rosi, su hijo Javier y María José su novia mallorquina, que es la primera vez que prueba el cocido y asegura que no será la última.  De la familia Pérez, Angelita se basta y se sobra para representación. En total, quince  sin contar a Galia, pero como ella también cuenta, al cocido asistimos dieciséis.

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Bien,  ya estamos todos allí…  Y entonces: saludos…, cervecitas, aceitunas, ¿un vinito?, besos, abrazos,  dentro, fuera, entro, salgo, vuelvo a entrar… ¿cómo estás? desde el año pasado sin vernos, ¡cuánto tiempo!… Estás cada año más joven… Pues yo te noto más delgada…  A ver,  poneros ahí que hago unas fotos…  Esto es lo que estoy pintando… qué cuadros más chulos…, la cocina, los dulces,  los ‘tosantos… ¿quién los tiene?, me debes… te pago… La chimenea, los leños, las tenazas, ¡que calentito! Uf, qué calor,  el brasero, la camilla, las botas de agua… Galiaaaaaa! ‘Cuidao’ que esa perra se come las viandas… que quiere meter el hocico en los pucheros.  Más fotos…Venga, a comer. Sentaros, a ver, juntaros que no cabemos. Los garbanzos caldositos, tiernos y de piel fina… una delicia, el vino,  el chorizo, la morcilla…, una fuente, otra fuente, otra fuente… a ver, te sirvo… sí, eso,  oreja, rabo, hueso de espinazo, la carne más sabrosa pegada al hueso… el tocinito veteado… venga,  otro poco de chorizo y morcillita. Humm, que bueno, por favor. Esto es placer de dioses. Repitamos,  llega otra fuente, y otra más… Y ahora Galia también comerá ¡pobre! (Galia se pone de morao y oro)

 


¿Os dais cuenta como llueve? Desbandada. Se abandona la mesa momentáneamente y casi todo el mundo sale a contemplar el espectáculo. El cielo se abre y cae sobre nuestras cabezas. Son las cuatro de la tarde y todo está negro. Una cortina de agua, cubre el campo, la tierra la recibe contenta de sentirse tan húmeda y moja los olivos y la hierba dejándola verde y brillante… y sobre todo resbaladiza.   ¡Qué bonito esto de ver llover bajo cubierto! Pero llueve demasiado y durante demasiado tiempo… tanto que los regatos de las cunetas arrastran toda el agua, y pronto todo el camino de Jerez, queda anegado,  semejando un lago inmenso de color chocolate claro. ¡Espectacular! A todo esto, hay quien sigue y sigue con el cocido.
Para el postre, dulce melón de cosecha propia.  Más tarde, recogiendo la mesa.  Los cafés, las copas, los chupitos, el licor de bellota (tan extremeño), y todos en pie  cantando el Himno: “Entonad himnos de gloria… al Señor de este pueblo a Jesús de la Humildad” Huy que precioso, por Dios.
Salimos para hacer fotos del camino inundado. Después escampa. Y la gente se disemina: a recoger la cocina, a tomarse otro chupito más sentados en la camilla, a pasear, a respirar en el campo ese aire impregnado de ozono que te limpia hasta el fondo de los pulmones.

Y empieza la música. Cantamos, siempre cantamos, ¡cómo no!  Suena Chavela, y suena Sabina, y también suena Shakira… ¡ah!,  pero eso es mas tarde, para el baile de las sillas. Y Nina canta… canta esos fandangos y esas coplas que solo ella sabe hacer con esa voz,  un poco rota… Yo no me di cuenta de que te quería… hasta el mismo día en que te perdí… Y Rosario (que es soprano) dice en la cocina, entre admirada y confusa, yo no puedo seguirla con esa voz… y todas nos reímos mucho.
Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel… Y Ya no estás más a mi lado corazón, en el alma solo tengo soledad… Y… Piensa en mí, cuando sufras, cuando llores, también piensa en mí,…  Nos pasamos a la Piquer: Voy a contarles a ustedes lo que a mí me ha sucedío… fue en Nueva York una noche buena… eran nuestros suspiros, suspiros de Españaaaaaaa. Y Sol y Conchita en el acompañamiento tipo bandurria… Impagable. Y María José hace fotos y más fotos.
No  faltan los ‘sketches’, o sea nuestras representaciones cortas, improvisadas, sin más ensayo ni más atrezo que el que buenamente nos brinda la ocasión. Me dice Nina por lo bajo mientras cantamos, vente al cuarto de baño y nos vestimos de moras… Con unos albornoces y toallas, nos convertimos al instante en subsaharianas llegadas en patera y somos entrevistadas por la eterna reportera: Nena naturalmente, la mejor, la única. Estamos muy contentas porque ha vuelto a ser la de siempre… Como una ola, de ron y cocacola.  El baile de las sillas al ritmo de la música de Shakira… Gana María José la de Mallorca, que está muy contenta y animada y recibe como premio el collar de colores que es la cadeneta que cuelga de la lámpara.  Y aún hay otro teatrillo más, cuando ya estamos exhaustas de tanto baile y tanto movimiento sexy y caemos rendidas en el sofá… una entrevista televisiva sobre un suceso macabro que Nena se inventa, como de costumbre…

Y sigue el baile, y vienen las sevillanas, y las rancheras, y Nina que se va… adiós con el corazón… y a recoger, y a quitar la mesa, estas botellas donde van… la puerta,  que todo quede bien cerrado,  ya es de noche… Galia lleva su collar fluorescente y se va andando con su dueña y Angelita. A los coches, las que no tenemos ganas de noche húmeda y oscura.

Sigue lloviendo, y seguirá lloviendo mañana, y nos caerá encima toda el agua del mundo de vuelta a Sevilla,  pero nos sigue dando igual. Ha sido un día fantástico.  Un día como el de hoy,  es algo que no tiene precio, pero sí tiene un valor…, un valor incalculable.

(A continuación el documento gráfico proporcionado por Nena y Javier. Nótese que hay gente que fue y no están en ninguna foto , pero estar, estaban, yo doy fe… Por ejemplo ¿dónde está Rosario, dónde está Ana, dónde está Javier… Y su Pepa de Mallorca? Dónde está Rosi? Y también ¡cómo no!, dónde está Galia?)