Hoy, que el día ha estado algo más fresco, he estado dando un paseo por la dehesa. Cantos de chicharras en las tardes de verano extremeñas. ¡Suenan que es una delicia!...
Se me ha ocurrido hacer la entrada de hoy sobre las puertas de acceso a las fincas que suele haber por estas tierras. Las hay para todos los gustos y dicen mucho de sus dueños...Clásicas, sencillas, de piedra, encaladas, abandonadillas, aparatosas, rimbombantes...¡Aquí estoy yo, porque puedo!...No teneis más que echar una miradita...
Con las entradas a las fincas pasa como con los coches... Hay quien va por la carretera con el modelo más sofisticado y con más poderío del mercado. Pues eso...¡Aquí estoy yo, porque puedo!...
No soy envidiosa de nada en la vida; bueno, casi de nada, porque un campito sí que lo envidio... Me gustaría tener una finca con encinas, con su buena casa y pasar allí temporadas. Es algo que desde siempre me ha gustado y, cuando veo alguna finca que tiene esas dos cualidades, pués eso...¡ Qué envidia! ¡ Quién fuera su dueña!...
Mientras, paseo por la dehesa y disfruto de ella. No cuesta nada y eso está a mi alcance. Cuando lo hago, toda la dehesa es mía y de todas las buenas casas soy la propietaria...
¡¡Soñar no cuesta nada!!
Puertas... original e interesante! Creo que a partir de ahora caminaré más detenidamente por la dehesa!
ResponderEliminarYo también envidio tener un campito. En el campo te sientes realmente libre
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAlmendra.
ResponderEliminarCaminar por la dehesa es enriquecedor. El campo no solo es naturaleza. La mano del hombre también está presente en él y, cuando el hombre tiene gusto, no perturba la belleza del paisaje, pero el caso contrario...¡¡Madre... Cuánta aberración!!...
Almendra.
ResponderEliminarSuprimí una entrada porque se me coló una "v" por "b" y eso en una maestra está horrible...¡Jajajaja!
Un beso.
Señorita Tulp.
ResponderEliminarBienvenida a mi blog.
¿Qué tendrá la naturaleza que nos hace sentir libres?
La libertad y la paz que siento cuando paseo por la dehesa es la misma que noto cuando veo el mar en mis vacaciones.
Un beso.
¿Puertas o cancillas?
ResponderEliminarDe todas formas si no fuera por los amigos de lo ajeno, ¿quien pone puertas al campo?
Hoy no hay mas remedio, mucho mangante, y no es que sea racista, simplemente ordenado, cada cosa en su sitio.
Manuel.
ResponderEliminarPara mí la cancilla es más simple y sirve para pasar de una cerca a otra. También en las cancillas hay variedad, pero no tantas diferencias como de una portada a otra.
Un abrazo.
A mí también me gustaría tener una finquita y las vallas se las pondría no por los amigos de lo ajeno (¡que también!) sino para que no se me escapasen todos los perros que tendría...
ResponderEliminar¡cada loco con su tema, me encantan los perros...!
Pedro.
ResponderEliminar¿No tienes bastante con Sula y Nina? ¿Quieres más? Mi Prenda está levantada, como tengamos perritos ya sé a quien regalarle uno.
Jejejeje