
Ya, en una entrada de hace un año, os hablaba de lo andaluza que se ha vuelto la Romería de San Isidro en mi pueblo, Higuera la Real.


Mereció la pena la caminata.
Esta primavera están los campos a reventar de verde, de flores, de vida...
El camino discurre por un maravilloso paisaje entre encinas, alcornoques y paredes de piedras.
Ir por una dehesa tan bonita, escuchando el tambor y la gaita, con la mestría que la toca este chaval de Aracena, es un lujo. De verdad.


Y si precioso es el paisaje que fuí disfrutando, precioso fue también el ambiente que viví con los romeros. Fue estupendo hacer el camino, hablar, bromear y cantar con tantos buenos amigos y paisanos.
Durante las tres horas que duró el camino nos dió tiempo a cantar de todo. Sevillanas, fandangos de huelva, rumbas e incluso algún que otro bolero un poquino demodé.
Claro que yo me apunté al grupo de Pablo "el Morito" y yendo a su lado ya se sabe: Cante del bueno y alegría a espuertas. ¡Qué divino es!
Cantó unas sevillanas que apenas pude memorizar, pero que os transcribo porque seguro que a los higuereños que me leen les gusta...
y en Higuera he de morir.
Zarzuela de mis amores
¡Cuánto me acuerdo de tí!
El amor de mis amores
con sentimiento y locura
es pa mi tierra, señores,
y se llama Extremadura."
San Isidro llegó a La Zarzuela y tras la misa, las personas que hicimos el camino empezamos a disfrutar de todas las cosas tan ricas que se llevan a la romería.
Mi hermana y yo pasamos un rato de lo más divertido montadas en una carreta con mi primo Manolo; y el malagueño de mi sobrino Francisco, ha decidido cambiar la moto por un caballo...
¡Cosas de San Isidro!...
