En mi diario ir y venir hacia la escuela, paso por un bazar que en su puerta cuelga alfombras, soplillos, serones en miniatura, cestos y espuertas realizados en esparto.
Estera de esparto machacado
Duro, muy duro ser ESPARTERO
Aquí, en Fregenal de la Sierra, ya no existen, hace tiempo que desaparecieron, pero entre mis amigos tengo a uno que durante todo su vida anduvo alrededor de este artesanal oficio.
Aún hoy, a pesar de los años con los que ya cuenta, se atreve a realizar pequeños trabajos hechos con maestría.
Sus manos, ancianas y todavía encallecidas, se mueven con soltura cosiendo una alfombra de sisal o trenzando una cuerda de pita para enseñarme a echar algunos nudos y forrar así una lata...Aprendo mucho con él sobre el oficio.
Estera de 9 ramales
Me cuenta que el trenzado de la pleita era trabajo realizado por mujeres. La confección de los diferentes enseres la realizaban los hombres.
Hacían todo tipo de aperos para el campo. Eran los serones, seras, esportones, aguaderas, barrileras...
Corrían tiempos difíciles y, cuando algo se estropeaba, se le echaba un remiendo y volvía a ser útil. Me dice que había "lista de espera" para las reparaciones.
Alfombra de 5 ramales
Habla de cómo están realizados los distintos trabajos que me muestra:
- "Esta estera tiene 13 ramales.
-Aquel está trabajado con 9 ramales..."
Soplillo de 13 ramales
Esta entrada va dedicada a Mariano por su amabilidad conmigo y por su sabiduría de artesano.
Es mi pequeño homenaje a un oficio ya casi perdido: EL ESPARTERO.
en el cortijo hay innumerables utensilios hechos de esparto: los capachos para la prensa de la almazara, los serones, las pleitas para hacer el queso, los serillos, aperos para las bestias....
ResponderEliminarmuy interesante tu entrada¡¡
y una lástima que haya oficios que se pierdan¡¡
un abrazo
Pilar
Ya casi nadie valora las manualidades. Las máquinas realizan unos trabajos que si tuvieran que hacerse a mano, llevarían muchas horas y muchas penalidades.
ResponderEliminarMi reconocimiento para Mariano por su trabajo y para ti un abrazo por saber apreciarlo.
Cuando de pequeño iba al "cole", pasaba todas las mañanas por delante de una tienda-taller en la que estaba el espartero haciendo su labor a mano. El el quicio de la puerta estaban sus productos colgados listos para la venta.
ResponderEliminarBesos.
Jo, qué guay! A mí me hubiera gustado aprender un oficio de estos. Ahora las alfombras las hacen de plástico!
ResponderEliminarMamá, con lo manitas que tú eres, lo único que te falta es aprender este oficio; así serías una de las pocas españolas que supiese trabajar el esparto.
ResponderEliminarUn abrazo para mi tocayo y otro para ti
Interesantísimo, Nina, la verdad es que es una pena que se pierda este oficio. No apreciamos la importancia de este y otros tipos de artesanía, gracias por contárnoslo. Saludos.
ResponderEliminarQué emocionante tu homenaje, Nina. Qué bonito escuchar a las personas que tanto tienen que decir y que respeto el tuyo hacia lo que realmente lo merece. Gracias.
ResponderEliminarVaya suerte tener una tocaya tan linda.
CORTIJO CABRIÑANA.
ResponderEliminarEstupendo que conservéis todos esos aperos en el cortijo. Cuídalos como a la niña de tus ojos, pues dentro de nada serán auténticas joyas artesanas. Te lo aseguro.
Un abrazo.
Pedro.
ResponderEliminarTú, como buen artesano, sabes valorar todo lo que artesanía se refiere. Esta del esparto aún perdura en ciertas regiones. En la zona de Murcia todavía existen bastantes hombres y mujeres que se dedican al oficio de la espartería. Mi aplauso para todos ellos.
Un abrazo.
Valdomicer.
ResponderEliminarSi mi entrada ha provocado el regreso a tu infancia, me doy por satisfecha. Por lo menos a mí me gusta recordar cosas de esa época tan féliz. Mi infancia.
Un abrazo.
Almendra.
ResponderEliminar(Única almendra con corazón de bellota. ¡Qué arte tienes, querida!).
Todos los trabajos de artesanía son bonitos y tienden a formarse en torno a ellos una imágen digamos que "idílica"... Esta artesanía del esparto, no está pagada con nada. ¡Tan duro es el trabajo del espartero! Los callos en las manos de Mariano lo dicen todo.
Un abrazo.
Mariana.
ResponderEliminarEs cierto que me encanta aprender y hacer cosas con mis manos, pero el esparto, la cuerda de pita, la mimbre, etc... se me resisten...¡Ya me gustaría a mí! Tengo más ganas de aprender a hacer una cesta...
Dicen que quién hace un cesto, hace un ciento. Si yo algún día aprendiera, ya tendría los regalitos de Reyes para toda la familia y no me calentaría tanto la cabeza...¡Jajajaja!
Un gran beso, mangurrina.
Málaga.
ResponderEliminarQuerida Málaga. En Almogía existían muy buenas artesanas que trabajaban la pleita de maravilla. No sé si continuarán haciéndolo en la actualidad. Es un trabajo duro, pero ahí, con el turismo que hay, los trabajos artesanos tienen mucha aceptación.
Un abrazo.
Dulcinea.
ResponderEliminarEl placer de oir a un artesano contando las vivencias de su oficio y enseñándonos algo de él, no lo cambio por nada.
Este pequeño homenaje no es nada para lo que se merece realmente.
Un abrazo.
Buenas tardes,
ResponderEliminarYo poseo la suerte de tener un suegro que realiza trabajos con la pleita, esparto y baretas de olivo. Hace canastos, capachos, alfombras y muchas otras cosas. Es muy apañao. Yo he intentado aprender a hacer canastos y es dificil de verdad. Es un trabajo que le queda menos que a la iglesia. La pena de todo esto es que los vende por un precio irrisorio. Vive en Grazalema y se llama Juan el Sopa.
Un saludo y ánimo a esos oficios tan preciosos que te dejan la boca abierta.
Me sorprendí al ver mis artículos navegando por Intenet, les dejo mi Web, por si les interesa, saludos. www.elespartero.com
ResponderEliminarMe llamo José Luis y mi nº 629 279 575
hola señora usted vende las 4 agujas de coser esparto mi correo es norra28se@hotmail.com
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