Es una reunión que se ha convertido en tradición. Normalmente la hacemos en el puente de "Los Tosantos".
Como cronista oficial del grupo ha sido nombrada Mavi y ella es en realidad quien ha escrito esta entrada que hoy subo al blog después de mucho tiempo sin hacer nada en él. Creo que merece la pena retomarlo con algo tan hermoso.
Es sábado 3 de noviembre del año del Señor
2012, y nos da igual que llueva o no pues es el día del cocido en lo de Isabel.
Un cocido abundante y riquísimo, en cantidad y calidad, que satisface los
paladares más exigentes. Un cocido ofrecido a las amigas y allegados por las
hermanas Pantojo: Isabel y Rosario, trabajadoras infatigables, cocineras
excelentes, y pródigas ellas a la hora de compartir sus posesiones y sus proezas culinarias.
Es el tercero que se hace en
este campo. O al menos el tercero del que yo tenga memoria. Pero ya no quiero
dejar pasar más cocidos sin dejar constancia por escrito, porque las palabras
se las lleva el viento y los hechos se los lleva el olvido, o los años, o el
tiempo que va pasando… como la vida y no vuelve más. Por lo tanto, a partir de
ahora, nuestros cocidos, nuestras fiestas, nuestras celebraciones, van a tener crónica y lo que es más, crónica
gráfica.
Empezaré por el principio, que
es como mejor sale todo. Nos citamos a partir de la una de la tarde, en ‘El
Olivá’. Pero como el cielo no está por dejarnos decidir, y llueve como si nunca
lo hubiese hecho, unas llegamos antes, otras después… Para las dos y media, ya estamos todos.
¿Qué quienes estamos? Pues paso
a enumerar: De la familia anfitriona, Rosario y su cuñada Ana. De la familia
Rodríguez, las tres primas, Conchita, Carmen y Chon. De la familia Casals, la
mayor y la pequeña; de la familia Cobos, Mamen, Galia y su prima Nina (prima de
Mamen, no de Galia); de la familia López
(la más numerosa): Nena, María José (que
ya es de la familia), Rosi, su hijo Javier y María José su novia
mallorquina, que es la primera vez que prueba el cocido y asegura que no será
la última. De la familia Pérez, Angelita
se basta y se sobra para representación. En total, quince sin contar a Galia, pero como ella también
cuenta, al cocido asistimos dieciséis.
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Bien, ya estamos todos allí… Y entonces: saludos…, cervecitas, aceitunas, ¿un
vinito?, besos, abrazos, dentro, fuera,
entro, salgo, vuelvo a entrar… ¿cómo estás? desde el año pasado sin vernos,
¡cuánto tiempo!… Estás cada año más joven… Pues yo te noto más delgada… A ver, poneros
ahí que hago unas fotos… Esto es lo que
estoy pintando… qué cuadros más chulos…, la cocina, los dulces, los ‘tosantos… ¿quién los tiene?, me debes… te
pago… La chimenea, los leños, las tenazas, ¡que calentito! Uf, qué calor, el brasero, la camilla, las botas de agua…
Galiaaaaaa! ‘Cuidao’ que esa perra se
come las viandas… que quiere meter el hocico en los pucheros. Más fotos…Venga, a comer. Sentaros, a ver,
juntaros que no cabemos. Los garbanzos caldositos, tiernos y de piel fina… una
delicia, el vino, el chorizo, la
morcilla…, una fuente, otra fuente, otra fuente… a ver, te sirvo… sí, eso, oreja, rabo, hueso de espinazo, la carne más
sabrosa pegada al hueso… el tocinito veteado… venga, otro poco de chorizo y morcillita. Humm, que
bueno, por favor. Esto es placer de dioses. Repitamos, llega otra fuente, y otra más… Y ahora Galia
también comerá ¡pobre! (Galia se pone de
morao y oro)
¿Os dais cuenta como llueve? Desbandada.
Se abandona la mesa momentáneamente y casi todo el mundo sale a contemplar el
espectáculo. El cielo se abre y cae sobre nuestras cabezas. Son las cuatro de
la tarde y todo está negro. Una cortina de agua, cubre el campo, la tierra la
recibe contenta de sentirse tan húmeda y moja los olivos y la hierba dejándola
verde y brillante… y sobre todo resbaladiza. ¡Qué
bonito esto de ver llover bajo cubierto! Pero llueve demasiado y durante
demasiado tiempo… tanto que los regatos de las cunetas arrastran toda el agua,
y pronto todo el camino de Jerez, queda anegado, semejando un lago inmenso de color chocolate
claro. ¡Espectacular! A todo esto, hay quien sigue y sigue con el cocido.
Para el postre, dulce melón de
cosecha propia. Más tarde, recogiendo la
mesa. Los cafés, las copas, los
chupitos, el licor de bellota (tan extremeño), y todos en pie cantando el Himno: “Entonad himnos de gloria… al Señor de este pueblo a Jesús de la
Humildad” Huy que precioso, por Dios.
Salimos para hacer fotos del
camino inundado. Después escampa. Y la gente se disemina: a recoger la cocina, a
tomarse otro chupito más sentados en la camilla, a pasear, a respirar en el
campo ese aire impregnado de ozono que te limpia hasta el fondo de los
pulmones.
Y empieza la música. Cantamos,
siempre cantamos, ¡cómo no! Suena
Chavela, y suena Sabina, y también suena Shakira… ¡ah!, pero eso es mas tarde, para el baile de las
sillas. Y Nina canta… canta esos fandangos y esas coplas que solo ella sabe hacer
con esa voz, un poco rota… Yo no me di cuenta de que te quería… hasta
el mismo día en que te perdí… Y Rosario (que es soprano) dice en la cocina,
entre admirada y confusa, yo no puedo seguirla con esa voz… y todas nos reímos
mucho.
Que
todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel… Y Ya no estás más a mi lado corazón, en el
alma solo tengo soledad… Y… Piensa en
mí, cuando sufras, cuando llores, también piensa en mí,… Nos pasamos a la Piquer: Voy a contarles a ustedes lo que a mí me ha sucedío… fue en Nueva York
una noche buena… eran nuestros suspiros, suspiros de Españaaaaaaa. Y Sol y Conchita
en el acompañamiento tipo bandurria… Impagable. Y María José hace fotos y más
fotos.
No faltan los ‘sketches’, o sea nuestras
representaciones cortas, improvisadas, sin más ensayo ni más atrezo que el que
buenamente nos brinda la ocasión. Me dice Nina por lo bajo mientras cantamos,
vente al cuarto de baño y nos vestimos de moras… Con unos albornoces y toallas,
nos convertimos al instante en subsaharianas llegadas en patera y somos
entrevistadas por la eterna reportera: Nena naturalmente, la mejor, la única.
Estamos muy contentas porque ha vuelto a ser la de siempre… Como una ola, de ron y cocacola. El baile de las sillas al ritmo de la música
de Shakira… Gana María José la de Mallorca, que está muy contenta y animada y
recibe como premio el collar de colores que es la cadeneta que cuelga de la
lámpara. Y aún hay otro teatrillo más,
cuando ya estamos exhaustas de tanto baile y tanto movimiento sexy y caemos
rendidas en el sofá… una entrevista televisiva sobre un suceso macabro que Nena
se inventa, como de costumbre…
Y sigue el baile, y vienen las
sevillanas, y las rancheras, y Nina que se va… adiós con el corazón… y a
recoger, y a quitar la mesa, estas botellas donde van… la puerta, que todo quede bien cerrado, ya es de noche… Galia lleva su collar
fluorescente y se va andando con su dueña y Angelita. A los coches, las que no
tenemos ganas de noche húmeda y oscura.
Sigue lloviendo, y seguirá
lloviendo mañana, y nos caerá encima toda el agua del mundo de vuelta a
Sevilla, pero nos sigue dando igual. Ha
sido un día fantástico. Un día como el
de hoy, es algo que no tiene precio,
pero sí tiene un valor…, un valor incalculable.
(A continuación el documento gráfico proporcionado por Nena y Javier. Nótese que hay gente que fue y no están en ninguna foto , pero estar, estaban, yo doy fe… Por ejemplo ¿dónde está Rosario, dónde está Ana, dónde está Javier… Y su Pepa de Mallorca? Dónde está Rosi? Y también ¡cómo no!, dónde está Galia?)